Richard Sigmund (1941–2010) fue un influyente predicador y evangelista estadounidense, conocido por su experiencia cercana a la muerte y su ministerio en el ámbito del evangelismo cristiano. Nació en Des Moines, Iowa, en un entorno profundamente espiritual; su abuelo estaba orando durante su nacimiento, lo que marcó el inicio de su vida como un canal de fe y sanación.
Desde una edad temprana, Sigmund mostró un fuerte compromiso con la predicación. Comenzó a hablar en público a los cuatro años en una iglesia metodista rural y fue influenciado por figuras prominentes del evangelismo, como Jack Coe Sr. y A. A. Allen. A lo largo de su juventud, participó activamente en reuniones de avivamiento y sanidad, donde desarrolló su don para la predicación y el testimonio.
Uno de los eventos más significativos de su vida ocurrió en 1974, cuando sufrió un grave accidente automovilístico que lo dejó clínicamente muerto durante ocho horas. Durante este tiempo, tuvo una experiencia trascendental en la que afirmó haber visitado el cielo y haber visto tanto la gloria divina como el infierno. Este relato se convirtió en el núcleo de su ministerio, ya que sintió un llamado divino para compartir su experiencia y advertir sobre las realidades del más allá.
A lo largo de su carrera, Sigmund predicó en numerosos países, incluyendo Inglaterra, Escocia, Australia y Sudáfrica. Su capacidad para conectar con las personas y transmitir mensajes de esperanza lo llevó a participar en programas de televisión y radio, así como a dar testimonios en eventos religiosos importantes. Además, fue conocido por sus colaboraciones con otros evangelistas renombrados como Kathryn Kuhlman y Oral Roberts.
Sigmund también es autor del libro “My Time in Heaven”, donde narra su experiencia después de la muerte y ofrece una visión esperanzadora sobre la vida eterna. Su legado perdura no solo a través de sus escritos y testimonios, sino también por el impacto que tuvo en las vidas de aquellos que escucharon su mensaje de fe y redención.