Nuestras vidas son como objetos que se precipitan por el tiempo, colisionando constantemente con circunstancias o situaciones cambiantes que nos envían rápidamente a nuevas trayectorias: nuevos caminos. El cambio, sin embargo, no tiene por qué ser una palabra negativa. Cuando confiamos en Dios, quien es soberano, sobre todo cambio, y le permitimos que nos dirija, el cambio llega a ser bueno. Y cuando estamos abiertos a la dirección de Él para nuestras vidas, ¡puede que necesitemos tomar el control de nuestra trayectoria! Con útiles principios, motivación e historias personales, este libro es un manual para cualquier cristiano que quiera trabajar duro y llegar a ser un maestro del cambio.