La Biblia está compuesta de dos pactos, contratos o acuerdos. El primer pacto fue entre Dios y Abraham, y fue sellado por la circuncisión. El segundo pacto, el Nuevo Pacto, está sellado con la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios. Es vital que cada cristiano entienda plenamente lo que significa este pacto de sangre, y cómo afecta a su caminar de fe.
El legendario maestro de la Biblia, E. W. Kenyon, describe este pacto y su relación con la Santa Cena. A medida que entienda su importancia, su corazón se emocionará cuando se aferre a las sorprendentes bendiciones de Dios, como…
- Sanar a los enfermos
- Vencer el pecado y la tentación
- Experimentar el profundo gozo de una mayor comunión con Dios
- Guiar eficazmente a los perdidos a la salvación
- Recibir poderosas respuestas a la oración
- Desarrollar una fe que obra milagros
El pacto de sangre lleva todo el poder, la victoria y los milagros de Dios a la vida diaria del creyente.