La canción se inspira en el pasaje bíblico de Filipenses 2, que describe la encarnación de Cristo y su humildad al despojarse de su gloria. Steven Richards, uno de los integrantes del dúo, menciona que este pasaje ha tenido un profundo impacto en su vida, ya que refleja la belleza y obediencia de Jesús ante Dios el Padre. La letra destaca la gloria de Dios manifestada a través del sacrificio de Jesús, con un estribillo que resuena con la declaración: «Hemos visto la gloria de Dios en la sangre que él derramó; resplandece la gloria de Dios en Jesús».